Uno de los principales problemas a la hora de ejecutar un proyecto reside en la multitud de contratiempos que surgen a lo largo de proceso. Uno siempre quiere que todo se ajuste al modelo proyectado y el acabado sea impecable, pero a veces eso no es posible.
Así, uno de los reveses que hemos sufrido ha sido la imposibilidad de conseguir la planta que había sido seleccionada previamente. Nos habíamos decantado por una variedad de Osteospermum ecklonis con los pétalos en forma de cuchara, ya que encajaba muy bien con la idea del proyecto. Pero al tratarse de ejemplares no muy usuales, nos ha sido imposible disponer de ellas en número y fecha adecuada.
Tras contactar con todos los proveedores especializados de nuestro país, se barajó la posibilidad de importarlas de otros países como Holanda. Pero se descartó esta opción dado que nuestro presupuesto no permitiría afrontar tal movimiento. Además es muy probable que la planta no llegase en un momento de floración adecuado, a causa de la diferencia de temperatura y de horas de luz, con lo que el efecto final no sería el deseado.
Finalmente nos decantamos por otra alternativa, que implica utilizar el mismo tipo de planta pero con pétalos normales. Así nos aseguramos poder seguir adelante con el proyecto, aunque esto implique renunciar a un resultado más espectacular.